Ilusionado y con ambición, Carlos Lasheras toma las riendas de la Dirección Deportiva Logroñés con el propósito de hacer crecer a la entidad blanquirroja. El guipuzcoano revela alguna de las señas de identidad que quiere imprimir al club en una entrevista para la web oficial del club.
-¿Con qué ánimo asume el cargo?
– Con mucha ilusión y ganas de volver a trabajar. Más aún en un club como el Logroñés, con las posibilidades que tiene la entidad y la ciudad. Tengo muchas ganas de conseguir los objetivos que todo el mundo desea en estos tres años.
-¿Le recuerda en algo la situación de su nuevo club a la que encontró en el Mirandés, donde consiguió el ascenso a Segunda?
-Quizás incluso el Mirandés estaba en peor situación cuando yo llegué. Estaba en Tercera División y conseguimos meterlo en Segunda. Esta es una nueva etapa, diferente, en un club que mantiene un buen desarrollo y en la que me gustaría aportar mi granito de arena para que podamos vivir momentos tan felices como los que pude vivir en el pasado.
-¿Cómo se han desarrollado las negociaciones?
-Ha sido todo bastante rápido y fácil. El proyecto me ilusionó desde el primer momento y es un club al que le tengo un gran aprecio. Dada mi cercanía a La Rioja me hace mucha ilusión estar en un club como este.
-¿Cuáles son las prioridades en estos primeros días en el cargo?
-Vamos a ir poco a poco. Voy a mantener las primeras reuniones con los técnicos y a partir de ahí estableceremos unas bases para estabilizar el club, consolidarlo y mejorar lo que se ha hecho hasta ahora.
-¿Qué sello le gustaría que tuviera la Unión Deportiva Logroñés en estas próximas tres temporadas?
-Me gusta jugar bien al fútbol, que los equipos en los que trabajo sean competitivos y tengan hambre e ilusión por conseguir objetivos importantes.
-Guarda un gran recuerdo de Txutxi Aranguren, que es un viejo conocido de los aficionados al fútbol en Logroño.
-Trabajé con Txutxi en dos etapas de mi vida: lo tuve como entrenador en el Alavés y cuando fui director de Fútbol Base él dirigía al filial. Estuvimos varios años trabajando juntos y nuestra relación era estupenda; fue uno de los entrenadores que más me marcó y con el que conseguimos un ascenso muy importante con el Deportivo Alavés.
