Con la ilusión de llegar a un nuevo destino y de afrontar un nuevo reto, Carlos Ramos (Zamora, 1994) aterriza en Logroño tras media campaña en el Atlético Baleares, en el siempre atípico mercado invernal. Aterriza en un estadio, Las Gaunas, que ya conoce de su paso con el Zamora CF y prometiendo dar su mejor seña de identidad: lucha y garra.
– ¿Cómo llegas a la UD Logroñés, con qué expectativas?
– Con la expectativa de llegar a un club muy grande, con expectativa de jugar, de volver a encontrarme con mi mejor versión, intentar ayudar al equipo en todo lo que pueda y cumplir los objetivos que a día de hoy tenga el equipo, y yo aportar mi granito de arena para conseguirlos todos ellos.
– Hablas de aportar, ¿qué esperas dar en lo futbolístico y en lo personal, en el que ya tienes una trayectoria?
– En lo futbolístico espero aportar mis cualidades técnicas: llegada, mucho recorrido en el campo, muchas ganas, mucho ímpetu, mucha lucha. Y fuera del campo si es verdad que ya tengo una edad, una experiencia, pero me gusta aportar alegría, mucha alegría, porque creo que además en estos momentos difíciles en la clasificación, vengo del Baleares que también está parecido, y creo que hay que dar un poquito de alegría a esto, que es fútbol. También daré liderazgo, experiencia en estos casos, porque el año pasado también viví una situación mala en la clasificación y aprender de los errores del año pasado que tuvimos nosotros en Zamora para no cometerlos este año y que salga todo bien.
– Te refieres a la clasificación, el equipo es evidente que no está en la mejor dinámica de resultados, pero por lo vivido, hay que pensar que queda la mitad de la temporada…
– Hay muchísimo tiempo, muchísimos partidos para darle la vuelta a esta situación: hay equipo, hay afición y creo que entre todos lo vamos a conseguir, no tengo ninguna duda, porque he visto partidos del Logroñés, he jugado contra ellos y hay un equipazo y estoy convencido de que las cosas van a salir bien.
– Un fichaje de invierno siempre es un poco especial, ¿cómo se vive, porque apenas hay tiempo para la adaptación?
– Sí, es atípico cambiar en invierno, a mí me pasó cuando salí del Pontevedra hace unos años, en una situación completamente diferente a esta… Pero como dices, no hay tiempo para adaptarse, no hay tiempo para poner excusas, creo que es el momento de llegar, de ponerse al servicio del equipo, de intentar ayudar y aprender de todos ellos para que rápidamente consigamos lo que necesitamos y lo que queremos.
– Por último, la afición te ha recibido con ilusión, te tenían en la lista de futuribles, ¿qué les dices?
– Es verdad que en verano sonó (ríe)… A la afición le digo que muchas gracias por el apoyo, por la bienvenida, y que voy a dar todo en el campo, me saldrán mejor o peor las cosas pero la lucha va a ser innegociable en mí. Intentaré devolver la confianza que me han mostrado en el campo con mucha lucha y mucha entrega por este equipo.
