Kike Royo firma los mejores números de un meta blanquirrojo en sus primeros diez partidos: cinco goles encajados

Once temporadas después, Kike Royo vuelve a casa. A Logroño, su ciudad natal, y al club del que es socio y un hincha más, aunque pasara por Real Sociedad, Mallorca, Guijuelo, Badajoz (en dos etapas, con récord de imbatibilidad incluido) y Sabadell antes de regresar: “Me siento muy feliz. Muy contento por mí, por estar otra vez al lado de los míos, y también por mi mujer y mis tres hijos. A determinada edad valoras más ciertas cosas y, aunque contara con varias ofertas de superior categoría, que tuviéramos a nuestras familias y los abuelos cerca para los niños significa mucho más”. De hecho, a la hora de la verdad Kike rubricó su contrato para la presente campaña en el aeropuerto de Singapur, en plenas vacaciones: “Coincidió con el día en que comenzó la campaña de abonados, y Carlos Lasheras me apretó ahí (risas). Así que como un loco buscando WiFi por el aeropuerto para firmar con el Logroñés”.

A los 32 años, se encuentra en plena madurez futbolística y su inicio de curso es el mejor de un guardameta de la entidad blanquirroja en toda su historia: únicamente cinco goles recibidos en diez partidos. “Cuando se encaja poco siempre se ensalza la figura del portero, pero a mí no me gusta eso. Lo que digo siempre es que en un equipo defendemos todos: el primero, el delantero, y el último, el portero. En nuestro caso, vamos muy bien a la presión y estamos muy trabajados defensivamente, así que desde aquí hasta el final de la temporada mi labor consistirá más en dar que en quitar, y procuraré hacerlo lo mejor posible”. En 2019, en la primera ronda del playoff de ascenso a Segunda, los aficionados logroñeses ya vieron una muestra, pero con la camiseta del Badajoz, cuando detuvo un penalti a Ñoño y casi chafa la clasificación en Las Gaunas.

Subir a Primera RFEF se trata del objetivo marcado y deseado: “El 100% de la plantilla vino y aceptó el reto de devolver a este conjunto al sitio que nunca debió perder. Sabemos que tenemos mucha exigencia y somos plenamente conscientes de nuestro compromiso con Logroño y con nuestros seguidores, una masa social fiel y por encima de los 3.500 socios, que notamos mucho en los desplazamientos, con alrededor de 100 personas casi siempre. Como en Barakaldo, donde nos ayudaron a no bajar los brazos”. Por eso, promete “competir al máximo en cada duelo y salir día tras día con la obligación de ganar”: “Somos autocríticos y creemos firmemente en que vamos a ir a más”.

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