En un tiempo en el que la competitividad es protagonista, también lo son los valores éticos y las metodologías psicoeducativas para lograr los mejores rendimientos deportivos y personales de los jugadores. Desde la Unión Deportiva Logroñés se está trabajando esto último, en las distintas categorías, a través de PiveSport (Programa de Integración de Valores Eticos y Sociales por el Deporte). Esta entidad da formación a los entrenadores al inicio de la temporada y también durante todo el año en un aula virtual, trabajando innovación en los entrenamientos, psicología, relaciones padres-entrenadores, etc. Esta campaña, además, se ha integrado a los padres, tal como explica Juan Daniel López, responsable de Formación y de Comunicación de PiveSport.
– ¿En qué consiste exactamente el programa de PiveSport?
– Se trata de un programa de integración de valores éticos y sociales por el deporte. Nosotros nos encargamos de toda la metodología psicoeducativa con la que trabajan los entrenadores para mejorar el rendimiento deportivo de los jugadores a través de la integración de valores. Es decir, no solo nos preocupamos por ese rendimiento deportivo, sino que el jugador integre valores y actitudes sociales y que tenga cierta responsabilidad a lo largo de su día a día, fuera del terreno de juego, que crezca también como persona.
– ¿Cuáles son los valores que se trabajan más concretos y cómo se está llevando a cabo su integración en el club blanquirrojo?
– El año pasado fue el primero con la UD Logroñés y lo que hicimos fue una formación a todos los entrenadores, dándoles estrategias para que ellos trabajasen en los cinco niveles de que consta el programa:
1. Respeto. 2. Esfuerzo y participación. 3. Autonomía. 4. Liderazgo y ayuda. 5. Transferencia, enseñar a los chicos a transferir todos esos valores que aprenden durante el entrenamiento a la competición, a su casa, a los estudios, al trabajo…
Este año, hemos vuelto a dar nociones a los entrenadores nuevos y a los veteranos vamos ahondando a través de casos prácticos que se pueden encontrar y que nosotros hemos ido recogiendo a lo largo de la temporada. Además, atendemos a cualquier duda que tengan los entrenadores a nivel psicoeducativo, les damos apoyo porque somos un equipo multidisciplinar, con educadores, psicólogos, etc.
– ¿En qué punto puede mejorar un jugador su rendimiento deportivo y su desarrollo personal a través de estos programas que trabajáis en PiveSport?
– Nos basamos en un programa que se llama PRPS (Programa de Responsabilidad Personal y Social) que viene de Estados Unidos y que, como su propio nombre indica, lo que le aporta al jugador es responsabilidad personal y social. Digamos que le dotamos de la responsabilidad de su rendimiento y de sus acciones, que se den cuenta de que su actitud tiene una serie de consecuencias, ya sean positivas o negativas. Al trabajar todo esto van cogiendo responsabilidad: buscamos al ‘jugador inteligente’ tanto dentro como fuera del terreno, que sea capaz de asumir responsabilidades dentro y fuera y que tenga capacidad de elección, que sepa tomar decisiones en cada momento…
– ¿Cómo está funcionando esta técnica, qué mejoras se perciben en los equipos que lo aplican?
– La terapia es grupal, se trabaja con el equipo completo, y cada grupo lleva su ritmo, pero es un proceso continuo. Las habilidades que está probado que mejoran estas metodologías son el rendimiento deportivo: mayor adherencia a la actividad física, que el chico tenga más ganas de venir a entrenar, lo que provoca que tenga una mayor intensidad en los entrenamientos; aumenta la responsabilidad; y incrementa la capacidades sociales. Además, en los últimos estudios que se hicieron sobre el programa, se vio que de forma indirecta mejora también el rendimiento académico, así que si te trabaja bien la transferencia de las competencias de responsabilidad puede beneficiar en otros ámbitos como el de los estudios.
– ¿Hay alguna edad para la que esté especialmente dirigido el programa de PiveSport?
– Trabajamos no solo con la UD Logroñés, sino también con otros clubes, y lo hacemos desde niños pequeños (3-4 años), en los que tenemos una adaptación infantil, hasta las edades de juveniles. A partir de ahí, pasaríamos de lo más educativo a lo más psicológico, para los primeros equipos.
– En estos tiempos tan competitivos, ¿es más necesario que nunca pararse a pensar en los valores éticos que trabajáis con los programas?
– El problema viene desde la base en que muchos sitios se plantea un partido como “ganar a toda costa y el buscar el resultado”, sea cual sea el camino. En el ámbito de cantera deportiva, al que nosotros nos dedicamos, con esos planteamientos realmente salen perdiendo los jugadores porque no mejoran su rendimiento, solo se les enseña a buscar un resultado, sea como fuere: sus habilidades tácticas, técnicas o físicas no se desarrollan porque les están mandando un mensaje de ‘resultado sea como sea’.
¿Por qué decidimos el pararnos en valores y en responsabilidad? Porque eso va a hacer que el jugador sea responsable en su propio rendimiento; reflexione por qué el entrenador le está cambiando o por qué le dice algo, asimilar lo que le reportan los consejos que se les dan. Vemos que el jugador mejora en reflexión de sí mismo, en autoevaluación. Y se pasa de ir a por un resultado sea como fuere a “voy a dar el máximo en el entrenamiento y en el partido”.
Nosotros queremos ganar, como todos, pero si busco hacerlo con once jugadores, de los cuales un gran porcentaje no está pensando en su rendimiento pues probablemente esos no den el cien por cien. Pero si se les inculca el esfuerzo, el respeto por el compañero, el tener autonomía en toma de decisiones… todos esos jugadores van a dar el cien por cien y las probabilidades de ganar del equipo aumentan.
Los valores no están reñidos con el resultado, buscamos ganar intentando tener una mayor probabilidad de ganar, dando el máximo, con convencimiento personal.
– Se habla de técnicos y chavales, pero, ¿qué papel tienen las familias en estos programas?
– Lo mismo que les enseñamos a los entrenadores que su actitud va a hacer que se modifique la de sus jugadores, de nada sirve si al jugador se le inculca un aspecto en el club y luego la familia en la grada va por otro lado. Por eso el objetivo de reunirnos con las familias en Logroño, que se hace por primera vez este año, es darles a conocer lo que se está trabajando en el club y qué pueden hacer ellos en el ámbito familiar, con los cinco niveles. Se les muestra qué estrategias pueden seguir en casa para reforzar eso que se está trabajando en el terreno de juego.
