Los sueños siempre terminan. Hay veces en los que son más largos y prolongados en el tiempo y otras en las que su duración es algo más breve. En este caso, el sueño de la participación blanquirroja en LaLiga SmartBank ha durado mucho menos de lo esperado. Tras la derrota en la jornada 42 en Las Gaunas (0-1) ante la UD Las Palmas, se confirmó el descenso a Primera RFEF tras nueve meses de intensa competición en la Segunda División del fútbol español.
Antes del partido, la afición blanquirroja se hizo notar a través de un espectacular recibimiento al equipo en una tarde que podía ser histórica (el Promesas había ascendido a 2ªRFEF). Era el ambiente que merecía un partido de tal calibre. Comenzó el encuentro y en la primera mitad, el Logroñés pudo adelantarse con ocasiones de Nano Mesa y Clemente, pero el portero se interpuso en ambas jugadas. Ya en la segunda mitad, con el Lugo ganando en Vallecas y el Alcorcón imponiendose al Espanyol, el equipo encajó el primer gol falto de moral, lo que le condenó al descenso a la tercera división del fútbol español.
Sin duda, la peor forma de terminar una de las campañas más importantes en la corta historia blanquirroja en la que no pudimos disfrutar de público en nuestra grada. Después del increíble ascenso conseguido el 18 de julio de 2020 en Málaga, en una de las temporadas más duras a causa de la COVID-19, en septiembre comenzó la aventura del Logroñés en Segunda División, en el estadio de El Molinón – Enrique Castro “Quini”. Tras una muy buena primera vuelta, protagonizada por la racha de las seis victorias consecutivas, la segunda estuvo más marcada por la irregularidad y todo terminó con la derrota en casa ante Las Palmas. Tocados y hundidos, aunque ya falta un día menos para devolver a Logroño al fútbol profesional.